Bordados

bordado00La semana pasada volví a trabajar después de unas cortas vacaciones que pasamos en casa. Así que volver a la rutina me desconectó un poco de la escritura. Más bien, me concentré en la lectura, devorando (es la palabra indicada) el libro de Jeanette Winterson ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, del cual escribiré próximamente, ojalá esta misma semana.

Mientras tanto, va una nota sobre lo cotidiano. En la crianza de mi hijo Tony, he querido mantener algunas cosas en el lado de lo orgánico, en vez de ser una madre envasada. Por eso, por ejemplo, le hacía su papilla y cosí las sábanas de su cuna. Hace poco nos mudamos de departamento, y decidí confeccionar yo misma los cuadros para su pieza. Terminé uno y estoy dedicada al segundo; ambos combinan costura y bordado. El que pueden ver en las fotos es el que ya está terminado. Opté por escribir su nombre, porque me gusta que ame las palabras y es algo que quiero seguir inculcándole. El osito que aparece lo había bordado también en una de las sábanas que le hice.

El bordado en proceso.

El bordado en proceso.

El que estoy haciendo ahora es con un autobús de dos pisos, de esos que se ven en Londres, le encantan. Mi hermana Miranda estuvo el año pasado en la capital inglesa y le trajo de regalo a Tony un libro en forma de bus llamado My first London bus. Se ha convertido en uno de los favoritos de Tony, así que lo leemos constantemente, en inglés y en español.

Me gusta bordar y a lo largo de mi historia, le he dedicado el tiempo que he podido, a veces con más empeño que otras, por supuesto. Y tratando de unir el bordado con las letras, me puse a pensar en algunos ejemplos. Por supuesto, saltan a la mente los personajes en novelas de Jane Austen, por cuanto el bordado era una de esas actividades que se esperaba de las mujeres. Pero además encontré esta novela gráfica que se llama Bordados, de Marjane Satrapi, la misma autora de Persépolis. No lo he leído, ni siquiera sabía que hubiera sido publicado. Sin embargo, por lo que he revisado, más que tratar sobre el bordado propiamente tal, trata sobre el cotilleo, al mostrar a seis mujeres iraníes que durante las tardes se juntan a tomar el té y contar sus historias. En inglés y en francés, bordar (embroider y broder respectivamente) no solo se utiliza para los adornos cosidos, sino también para el embellecimiento de los relatos, así que supongo que el bordado y la literatura sí están conectados.

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