Horacio Salinas y sus recuerdos de Inti-Illimani

Portada de La canción en el sombrero, de Horacio Salinas

Portada de La canción en el sombrero, de Horacio Salinas

Canción en el sombrero. Historia de la música de Inti-Illimani es el título completo de este libro de Horacio Salinas. Y en realidad, es un nombre muy acertado, por cuanto el músico repasa concienzudamenrte cada disco sacado por Inti-Illimani, destacando ciertas piezas, recordando anécdotas e historias de las grabaciones, y luego del Inti-Illimani Histórico. Pero no es un libro para expertos en música, Salinas no habla en un lenguaje técnico-musical, sino que más bien quiere que, como lectores, lo acompañemos en un paseo por su historia, la de él y la del Inti. Para eso se atrevió a meterse en la escritura, usando solo sus dedos índices para repasar sus primeras clases de acordeón cuando tenía siete años, cuando la familia dejó Lautaro para vivir en Santiago, el afortunado abandono de una guitarra en casa. Es una historia de cómo fue aprendiendo, de quiénes fue aprendiendo, de las verdaderas clases que le daba Luis Advis; del encuentro y colaboración con el guitarrista John Williams. También la historia de cómo se fue formando Inti-Illimani y cómo los pilló el golpe de Estado de 1973 durante una gira por Europa. Ese día 11 de septiembre estaban visitando el Vaticano: “Algo pesado y denso en el pecho me tocó sentir en esos momentos y un pensamiento de extravío me paralizó” (84).

Aunque el libro está dividido en capítulos más bien epocales, como el establecimiento de la Nueva Canción Chilena o el exilio, lo interesante es que los subtítulos llevan en general el título de un disco, en que el músico recuerda cómo surgieron las composiciones y los arreglos, pero también ciertas dinámicas del grupo. Es hermoso el apartado sobre Palimpsesto (1981), por ejemplo, y también melancólico, cuando recuerda que coincidió con el reconocimiento de que debían dejar de pensar en su estadía en Italia como algo provisorio, ya que no veían que fuera posible volver a Chile: “Ya no podíamos mantener nuestras maletas alertas para el regreso y había que pensar en acomodar la casa, quitarle lo provisorio” (116).

Sobre la ruptura de Inti-Illimani, a lo largo del libro va dejando pistas –a veces totalmente explícitas-, que tienen que ver con la dinámica del grupo y desacuerdos por el la forma en que algunos trabajaban; llega a decir al respecto que él volvía a grabar ciertos instrumentos –interpretados por otros-. Lo que plantea es que no todos tenían el mismo empeño en que las grabaciones quedaran perfectas. Sobre la ruptura propiamente tal y el proceso judicial que los llevó a ponerse el apellido histórico, Salinas dedica pocas páginas.

En La canción en el sombrero, Salinas no solo plasma el proceso de creación de arreglos y composiciones, sino también da cuenta de una época, de varias épocas, en realidad, pero de una forma tangencial que tal vez lo hace más interesante. Asimismo es un documento que deja parte de la historia de Inti-Illimani en el papel, y digo parte, porque esta es la particular visión de Horacio Salinos, sus recuerdos, lo que convierte al libro en un texto escrito con emoción.

Salinas, Horacio. La canción en el sombrero. Historia de la música de Inti-Illimani. Santiago: Catalonia, 2013.

Esta reseña apareció originalmente en el sitio web del Diario Publimetro, donde tengo una columna de libros semanal.

Periodismo y literatura: reportajes de Paula

Historias de Paula

Historias de Paula

Cuando hice mi seminario de titulación de periodismo, trabajé en el binomio periodismo y literatura. Hasta el día de hoy estoy convencida de que pueden coexistir armónicamente, es decir, que una pieza periodística –un reportaje, una crónica, incluso una noticia- pueden tener también un valor literario. Después de leer “Me fui a ofrecer de corista al Bim Bam Bum”, la respuesta es que claro que un reportaje puede tener valor estético. Cuando estudié periodismo, más de algún profesor mencionaba este emblemático escrito de Isabel Allende, publicado en la revista Paula en septiembre de 1973. Lo extraño es que lo mencionaban, pero, en realidad, no había cabida para escribir de esa manera en la escuela. Este reportaje de carácter testimonial, en que una joven Isabel Allende parte a audicionar para ser corista del Bim Bam Bum es honesto, ágil, agudo e increíblemente divertido, y hoy, cuarenta años más tarde no solo es un artículo que da cuenta del latido de una época, sino también una muestra de que una buena escritura no se añeja. Un ejemplo: “Con el Padre Nuestro en los labios. Me quité la ropa, descubriendo con espanto… ¡que andaba con calzones de lana! Quedé desnuda de arriba” (432).

El texto de Isabel Allende es parte de la selección de Historias de Paula, un compilado de reportajes y entrevistas aparecidos en la revista de mujeres Paula a lo largo de su historia. Creo que el primer valor de este libro es que hayan mirado hacia atrás, y antologado artículos desde el comienzo de su historia en 1967. Así uno puede leer una entrevista que Malú Sierra le hizo a Enrique Lafourcade en 1971, otra que la escritora Marta Blanco le hizo a la también escritora María Luisa Bombal en 1975, o el reportaje testimonial “Pasamos la noche con el toque de queda” escrito por Rosa Barceló en 1976.

La selección está enfocada en mostrar el perfil de la revista, en desmarcarla de cualquier prejuicio que pueda existir ante la idea de una revista femenina. Por eso yo he optado por llamarla revista de mujeres. ¿Dónde se ve esto? En la “Entrevista a una mujer infiel”, publicada en 1967 y escrita por Isabel Allende: “Nuestra entrevistada fue infiel por despecho, por aburrimiento, por descuido del marido, por soledad. Comienza a buscar otra fuente de satisfacción emocional cuando ve derrumbarse la confianza de su marido, cuando un inmenso vacío sentimental deja su existencia sin causa ni razón de ser […]” (211). También en “Un aborto clandestino” (1972), reportaje en que el abogado Ismael Espinoza da cuenta del “relato que me hizo Alberto Acuña (hijo de un colega y estudiante universitario) [que] no llegará nunca al conocimiento de los Tribunales de Justicia, y ni siquiera al de las familias de los autores” (214). El texto recorre cada etapa del aborto hasta que este se consuma, desde el punto de vista del padre. Hacia el final leemos: “Me da un escalofrío. Curiosamente, no he sentido nada por el hijo que no nació. Tal vez las mujeres son diferentes. Yo no he alcanzado a sentirme padre” (236).

Muchas de las entrevistas se me hicieron familiares, recordaba haberlas leído años atrás en la revista. El ejercicio de haber seleccionado una parte ínfima de los artículos de la revista se convierte en un placer de lectura. Es atractivo de distintas maneras. En parte porque sirve para observar cuatro décadas de historia chilena, desde una perspectiva, por supuesto, parte de sus riquezas está en que son notas con una firma clara, sin pretensiones de que existe solo una verdad. Y otra parte, es el goce de textos bien escritos, de perfiles bien realizados, de hacer no artículos planos y desechables, sino piezas que perduran. Algunas emocionan, otras son desternillantes. Un libro que recomiendo no solo a los lectores de Paula.

Historias de Paula. Antología de reportajes y entrevistas. Santiago: Catalonia y UDP, 2013.

Esta reseña apareció originalmente en el sitio web del Diario Publimetro, donde tengo una columna de libros semanal.