Elizabeth Subercaseaux a la hora del desayuno

Portada de Clínica Jardín del Este, de Elizabeth Subercaseaux.

Portada de Clínica Jardín del Este, de Elizabeth Subercaseaux.

Esta mañana estuve en un desayuno de la Editorial Catalonia, por el lanzamiento del nuevo libro de Elizabeth Subercaseaux Clínica Jardín del Este. Se trata del tercer volumen de la serie “Barrio alto” iniciada por la periodista/escritora en 2009, y que incluye también Vendo casa en el barrio alto y Compro lago Caburga. Yo no he leído los dos primeros, pero entiendo que todos son protagonizados por el mismo personaje, Alberto Larraín Errázuriz. En este episodio el personaje, que es un corredor de propiedades, se involucrará en un negocio de cirugías estéticas e isapres. ¿Por qué vincularse a un negocio así? Un amigo lo explica en la novela: “Mira, huevón, en este país hay dos bienes de consumo que son minas de oro, hay que tratarlos con cuidado porque se trata de áreas sensibles, pero dan muuuuucha plata. Uno es la educación y el otro es la salud” (16).

Como el libro lo recibí apenas un par de horas atrás, no es mucho lo que puedo comentar, pero la cita anterior nos muestra que el libro deja en evidencia algo que todos sabemos: que la educación y la salud son negocios ultra rentables para algunos; para los demás, significa arreglárselas. La perspectiva acá está en esos pocos. Subercaseaux dijo al presentar el libro que, aunque es una novela de corte humorístico, no contiene ni sarcasmo ni ironía –ya lo veré al leerla-, sino que presenta un “efecto espejo” en el que muestra “una clase social a la que yo misma pertenezco” y que, por lo tanto, conoce bien.

Pero ya que no estoy más facultada aún para hablar de la novela, sí quería mencionar un par de cosas del desayuno. Me senté en una mesa en que no había periodistas ni críticos, sino libreros, o más bien libreras, de Ulises y Lugar sin límite. Más que del libro terminamos hablando, un poco, de lo que hacíamos; estaban especialmente curiosas por el hecho de que yo tomara nota de las palabras de Subercaseaux, pero todos los puntos cayeron sobre las ies cuando les dije que era columnista de libros. Y lo segundo fue con respecto a algunas de las palabras de la escritora, quien agradecía y mostraba su preferencia por un desayuno-lanzamiento, en que más que llenarse de amigos y familiares, reuniera a quienes generan comunicación en torno al libro: libreros y periodistas. Concordé con ellas por varios motivos, por un lado, el horario de un desayuno me pareció más atractivo que un lanzamiento a última hora de la tarde, en que suelo tener problemas porque coincide con la hora de bajarle las revoluciones a mi hijo. Por otro lado, me llamó la atención que pensara en quienes dan a conocer el libro, ciertamente una postura inteligente, por cuanto, ya estoy escribiendo sobre la novela, ¿no?